Archivos Mensuales: diciembre 2014

Paz-ciencia

Estándar

Son años de aprendizaje.

Años de conexión de diferentes enseñanzas.

Años a ratos difíciles, pero que me dejan un regusto de sabiduría adquirida.

Son momentos en los que a veces me desespero.

Y quiero que pasen rápido. Y quiero cerrar los ojos y estar ya en la cima.

Pero entonces me acuerdo de lo importante que es el camino.

De la importancia de saborear cada momento.

De la cualidad imprescindible para la profesión que he elegido.

Paz-ciencia.

Paz-ciencia que empleo con las demás y que a veces me falta con quien más la necesita: yo misma.

Una buena partera, una buena matrona, una buena compañía para una mujer embarazada y de parto, ha de ejercitar y transmitir su Paz-ciencia si quiere ejercer bien su labor.

Todo mi tiempo es para ti ahora. Olvídate del reloj y del calendario que te apremia gritando que estás en la semana «X». Toda mi Paz-ciencia es ahora tuya.

Pienso en los bebés que pensé que vería nacer y cuyo nacimiento finalmente no he visto.

Y pienso que es perfecto que haya sido así.

No tenía que ser, no me eligieron a mí para nacer, yo no tenía que estar. Por alguna razón.

Así que me resguardo de la fría decepción con un manto de Paz-ciencia, en espera de acumular más sabiduría, más años, más títulos (¿por qué no?), más saber hacer (o saber no hacer) para ser lo más exquisita posible en mis acciones.

Porque acompañar el nacimiento de un bebé debería estar reservado a ser privilegio de aquellas con su propia alma bien sanada. Quizás el ego me juegue una mala pasada y yo crea estar ya libre de cargas, sin ser así.

Por eso, esta noche de luz especialmente bonita, por fin he creído comprender el significado de la Paz-ciencia: la de esta luna que, a falta de un día para estar llena, disfruta de su reinado de una noche, sabiendo que todo llega cuando tiene que llegar.